Cuando un regalo se convierte en ritual

28 octubre 2025

Recuerdo a mi abuela cada domingo, haciendo su ritual con ella misma.
No era algo solemne ni programado: era su propio encuentro, su manera de cuidarse, de escucharse, de encender su amor para poder compartirlo después.
Primero consigo misma, y luego con su pareja, con sus siete hijos, sus nueras, sus yernos, y con nosotros, más de veinte nietos que crecimos bajo esa presencia serena y luminosa.
Tomaba su rosario en su mano y se encontraba en el silencio de su propio ritual.

Cuando pienso en ella, imagino que regalo tan hermoso sería poder entregarle algo que simbolice todo lo que dio:
un “Te veo”, un “Gracias”, una forma tangible de honrar esa luz que encendía en todos sin decir una sola palabra.

Pero aquí no te voy a hablar de religiones; hablo de la importancia de crear espacios para conectarnos con nosotros mismos y con los demás, de esos pequeños rituales que nos permiten presenciar, agradecer y sostener la vida que compartimos.


Hay regalos que simplemente se entregan. Y hay otros que… detienen el tiempo.
Los que nacen de una emoción, de una intención, de un deseo profundo de decir lo que no se consigue con palabras.
Este espacio habla de esos: de esa obra creada para un alma, de esa vela que encierra luz y aroma, de esas palabras escritas a mano que susurran Te Veo. De esos símbolos en forma de regalos realizados con una intención clara.


Arte como regalo de propósito

Entregar arte no es simplemente «dar algo bonito». Es invitar a una presencia.


Cuando regalas una obra, estás diciendo:

Esto me recuerda a ti. Esto eres tú.


En muchas culturas, los objetos no son meros «cosas». Son portadores de significado, de emoción, de vínculo.

Por ejemplo, el intercambio ritualizado de regalos entre islas en el sistema Kula Ring — practicado entre los habitantes de las islas Trobriand en Papúa Nueva Guinea — mostró cómo un collar de conchas o un brazalete se convertía en símbolo de conexión, lealtad y presencia real.


Aliado a este entendimiento, tu obrar artístico se convierte en un acto ritual: una obra que no busca solamente verse bien, sino resonar en quien la recibe.


La vela: rito de luz, rito de sentir

Encender una vela va más allá del fuego. Es un ritual en miniatura.


Enciendes, miras la llama, respiras.


Tú creas una vela con intención: aroma, color, mensaje.
Y la ofreces como parte del regalo emocional: «que esta luz te acompañe, que este aroma te recuerde, que esta llama sea puente».
Cuando el arte y la vela se encuentran, juntos crean un ritual de presencia, de pausa, de conexión.

De esto también habla Arnord Steiner, que integró el arte y la espiritualidad en la educación, utilizando la luz de la vela como medio para cultivar la imaginación y la conexión espiritual. Los niños no solo aprenden conceptos académicos, sino que también desarrollan una comprensión profunda de sí mismos y del mundo a través de experiencias sensoriales y simbólicas.


La palabra escrita: el regalo de lo que no se dice


Muchas veces lo que sentimos se queda en el pecho. No encuentra salida.
Una libreta, una carta, una frase que alguien leerá.
Y al hacerlo, liberamos lo inefable.
Ese gesto — escribir lo que queda sin decir — tiene una potencia ritual. Es símbolo de claridad, de intención, de vulnerabilidad compartida.


¿Por qué fusionar estos tres elementos?

Cuando una obra, una vela y unas palabras se reúnen…


→ No es un regalo superficial ni efímero.
→ No es solo para «ver» es para sentir.
→ No es solo para «tener» es para vivir.


En ese conjunto está el ritual: pensar, elegir, entregar, encender, leer, sentir.
Y en ese ritual hay vínculo.


Volviendo a lo que algunas tribus nos enseñan: los regalos ritualizados no solo celebran, también sostienen relaciones, existencia, comunidad.


Si estás pensando en un regalo que vaya más allá de lo superficial, que diga lo que el corazón no encuentra en voz alta, entonces considera este ritual:

  • Elige una obra que hable de su luz interior, de su fuerza, de su mirada…
  • Añade una vela que acompañe su energía.
  • Escribe una palabra, un “gracias”, un “te veo”, un “te amo”, en eso te puedo ayudar.
    Y entrega todo con la intención de que sea regalo y rito al mismo tiempo.
    Si quieres, contáctame para crear juntos ese detalle con alma.

Si quieres que te acompañe…contacta conmigo

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